30 grados bajo cero

Por Clara Grima, el 1 octubre, 2013. Categoría(s): Mateaventuras

Anochecía, el verano ya había llegado a su fin pero todavía era agradable tumbarse en el césped del jardín en la puesta de Sol. Era una vista agradable. Sal y Ven estaban mirando las primeras estrellas que iban apareciendo en el cielo.

—Mira Sal —dijo Ven —según lo que nos dijo Mr. Green la última vez, ese puntito en el cielo debe ser el planeta Saturno, porque… ¡no titila!

Sal asintió con la cabeza y los dos hermanos intentaban recordar los satélites más importantes de Saturno. Mr. Green acababa de llegar a casa de nuestros amiguitos, se situó justo detrás de ellos sin que se dieran cuenta para escuchar su conversación. Pero a Ven algo le llamó la atención.

—Mira Sal, a la izquierda de Saturno hay una estrella que tampoco titila. ¿Será un planeta como Saturno?
—¡Es verdad! Pues tiene que ser un planeta pero… ¿cuál será?
—Pues… Si es un planeta tiene que ser un planeta muuuy rojo.

En ese momento los niños se quedaron mirando uno a otro. Los dos acababan de conocer la respuesta.

—¡Es Marte! —dijeron los dos a la vez.
—¡Muy bien! ¡Sois unos auténticos expertos! —dijo Mr. Green haciendo acto de presencia.
—¡Cómo mola! ¡Hemos descubierto Marte! —dijo Ven.

Mr. Green se quedó pensativo por unos momentos.

—¿Os acordáis de una estrella que observamos con Leo llamada Antares?
—¡Sí! —respondieron Sal y Ven a la vez.
—El nombre de esa estrella tiene que ver con el planeta Marte. Os contaré la historia.

Sal y Ven se sentaron en el suelo junto a Mr. Green, que comenzó a narrar la historia:

_Ares, dios griego de la guerra, brillaba en el cielo con su color rojo. Su recorrido por la bóveda celeste no era igual que el de las estrellas fijas, era por lo tanto una estrella errante._

_Pero una de las estrellas fijas rivalizaba con Ares en brillo y color, y en algunas ocasiones estaban muy próximas, constatando esa rivalidad. Tan similares eran que a esa estrella se la bautizó como ‘rival de Ares’ o ‘Anti-Ares’, que con el tiempo derivó en Antares._

_Siglos más tarde, Ares pasó a llamarse Marte, dios romano de la guerra, pero Antares mantuvo su nombre. Hoy, como el día en que fue bautizada, podemos encontrar esta estrella en las noches de verano marcando el corazón del Escorpión._

—¡Qué historia más bonita! —dijo la recién llegada Mati.
—¡Mati! —gritaron Sal y Ven al tiempo que fueron a abrazarla.
—¿Por qué no le pedimos a Leo que enfoque a Marte? —sugirió Mati.

Los pequeños saltaron de alegría. Tenían muchas ganas de volver a mirar a través de un telescopio.

Leo se puso apuntando a Marte, pero primero utilizaría no demasiados aumentos para apreciar todo el disco planetario. Les reservaría una sorpresa para más tarde.

—¿Quién quiere ser el primero en mirar? —preguntó Mati.

Sal y Ven se lo jugaron a pares y nones. Ven observaría primero, seguido de Sal.

Cuando Ven miró se quedó sin palabras, no sabía que decir. Aquella imagen de Marte le resultaba fascinante. Sal, en su turno y también ensimismado con aquella visión, sólo pudo decir «es muy rojo«. Mati también quedó maravillada con la imagen del planeta Marte que tuvo aquella noche.

—¿Sabéis que hace muchísimo tiempo en Marte había océanos de agua? —dijo Mr. Green.
—Yo si lo sabía, lo vi una vez en las noticias —dijo Sal —pero ahora, ¿por qué no la hay?
— Por algún motivo Marte perdió gran parte de su atmósfera y la presión atmosférica bajó. El agua terminó por evaporarse quedando sólo en los polos en forma de hielo, y según los últimos estudios, también bajo tierra —respondió Mr. Green.
—¿Y quién se ha encargado de investigar todo eso? —dijo Ven.
— Se han encargado dos robots que la NASA envió hace unos años a investigar todo eso y mucho más llamados MER 1 y MER 2, aunque son más conocidos por Spirit y Opportunity.

Aquella noche no se podría apreciar Valle Marineris, el gran cañón marciano porque estaba en la cara oculta de Marte, no obstante cerca del limbo marciano se podrían apreciar la zona volcánica de Tharsis, donde están los volcanes más altos de todo el Sistema Solar.

—¿Veis ese circulo más oscuro justo en el borde del planeta? —preguntó Mr. Green.

Sal, Ven y Mati miraron a través de Leo y apreciaron lo que les había indicado Mr. Green.

—¿Qué le pasa a ese círculo? —preguntó Sal.
—Ese círculo es el volcán Monte Olimpo, tiene una altura de 21287 metros y es la montaña más alta de todo el Sistema Solar.
—¡Toma, toma, toma! —gritó Ven
—Moooola —dijo Sal.

El hecho de que esa noche no se pudiera observar Valle Marineris propició que Leo les diera una gran sorpresa. Leo puso todo su empeño en ofrecer los máximos aumentos y apuntó hacia un cráter marciano: el cráter Gale.

Los niños volvieron a mirar a través del telescopio, pero algo les desconcertó.

—Estoy viendo un robot —dijo Ven un poco confuso.
—¡Yo también quiero verlo! —dijo Sal mientras esperaba su turno —¿Es Spirit? ¿Es Opportunity?

Cuando Sal también miró, su cara mostraba tanta confusión como la de su hermano. Era el turno de Mati.

—Chicos, no es ni Spirit ni Opportunity. Es… ¡Curiosity! ¡Es el último robot que la NASA envió a Marte y que llegó a principios de agosto a Marte! —dijo Mati.
—¿Sabéis una cosa? En Curiosity hay un instrumento llamado REMS que se ha construido en España —dijo Mr. Green.
—¡Qué guay! ¡Un instrumento español en Marte! —gritó Ven.
—¿Y qué hace ese instrumento? —preguntó Sal.
—Es una estación medioambiental que mide la velocidad del viento, la temperatura del aire y del suelo, la presión atmosférica, la radiación y la humedad.
—¿Y todo eso para qué? —quiso saber Sal.
—Pues para saber las condiciones que pudo tener y tiene Marte para albergar vida tal y como la conocemos en la Tierra. Pero también para empezar a planificar un traje espacial para una misión tripulada a Marte.
—¡Genial! ¿Y yo podré ir a Marte? —preguntó Ven
—¡Pues claro! —dijo Mati —¡tan sólo tienes que estudiar mucho y aprender inglés!
—Ven, pero tendrías que abrigarte bien porque en Marte he oído que hace frío —apuntó Sal.
—Las temperaturas suelen rondar los 30 grados bajo cero, aunque se pueden alcanzar los 75 grados bajo cero y como mucho, 5 o 6 grados sobre cero —señaló Mr. Green.

El tiempo se había pasado volando mientras Sal y Ven observaban Marte, la temperatura había bajado y ya era totalmente de noche. Marte ya se había escondido en el horizonte pero los dos hermanos habían seguido especulando sobre cómo sería su viaje tripulado a Marte.

Por otra parte, las Pléyades ya habían asomado por el horizonte Este anunciando que pronto íbamos a tener que sacar la ropa de abrigo.

FIN

Pues sí, hoy también hemos tenido el honor de que «Mr. Green»:https://twitter.com/aperezverde nos visite y nos cuente esta historia maravillosa sobre el planeta rojo. Si quieres aprender más cosas con él, con Mr.Green, te recomiendo que te des un paseo por «su blog»:http://lospilaresdelaciencia.blogspot.com.es/, te va a encantar.

Volvemos pronto con más historias, no dejéis de mirar al cielo… ni de soñar.

MATI



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Por Clara Grima, publicado el 1 octubre, 2013
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